“Cuando tocas lo que se te ocurre al instante, eso sí que es jazz”
- lacaidadeljazz
- 25 mar 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 30 mar 2019
El músico guitarrista Oriol Barberà y su pasión por el jazz
Marc Laurency Bruguera
Oriol Barberà (1970) es profesor de la Academia Musical UME (Unión Musical) de Barcelona. Está especializado en guitarra clásica y guitarra jazz. Afirma que la “Felicidad, es lo que me aporta el jazz a nivel personal, es muy divertido y gratificante tocar para un público que te escucha”.

A los 6 años le regalaron una guitarra y una libreta para apuntar las notas. Allí es donde empezó a destacar ya que sus padres de pronto oyeron como su hijo había tocado unos magníficos acordes sin necesidad de escuchar ninguna canción o melodía. “Descubrí mi vocación musical cuando empecé a tocar con 6,7,8 o 9 años” A los 16 años es cuando realmente decidió formarse musicalmente porque veía y tenía claro que se dedicaría a la música en un futuro cercano. Consciente de sus cualidades tuvo varios profesores que le ayudaron a progresar mediante formación sobre la práctica de notas, escalas y grados específicos: “es la base de cualquier instrumento, saber qué notas tocas, en qué tonalidad, manejar muy bien las escalas y pensar en grados específicos”. Los compositores que más le marcaron y definieron su estilo fueron: en guitarra clásica André Segovia; en guitarra jazz, Django Reinhardt, Rosenberg, Robin Nolan y pianistas como Chick Corea y Tete Montoliu y el saxofonista Stan Getz.
Este músico catalán afable, receptivo y reservado confiesa que supo que la música iba a ser su “modus vivendi” a los 25 años cuando empezó a cobrar por tocar en bodas. Actualmente, toca en tres grupos de forma profesional: “DI & GO Jazz Manouche”, “Moon Hot Club” y “Modern Gipsy Club” en diversos festivales, restaurantes, casinos, Centros Cívicos y en Auditorios. Improvisa melodías a la guitarra, tiene también su propio repertorio de canciones e interpreta canciones de otros compositores.

Sin embargo, llegar a vivir de la música no ha significado un camino de rosas para él. Se le humedecen los ojos al preguntarle si tuvo el suficiente apoyo familiar para llegar donde está hoy. Prefiere no hablar abiertamente del tema porque las emociones todavía están a flor de piel. Esa misma emoción es la que contagia al iluminársele la mirada hablando del jazz: “El Jazz es una rueda de acordes y tocar lo que tú sientes, lo que te dicen aquellos acordes. A la vez es tocar melodías y traducir al instante lo que se te ocurre sobre aquella melodía, es lo óptimo”, admite, porque hay todavía mucha gente que se prepara la improvisación a partir de acordes y notas que ha ido tocando a lo largo del tiempo con frecuencia. Precisamente eso no es jazz auténtico ni puro, aunque los rasgos melódicos así lo indiquen. Y remata: “Cuando llega el momento en el que tocas lo que se te ocurre al instante, eso sí que es jazz”.
UNA VIDA DEDICADA A LA MÚSICA
Desde una temprana edad Oriol se adentró en el universo de la música de forma autodidacta.
Teniendo en cuenta lo difícil que resulta poder vivir de la música en este país, Oriol Barberà resalta que resultan imprescindibles recursos básicos como por ejemplo, estudiar con un metrónomo, estudiar con un ritmo, escuchar mucha música de distintos géneros e imitar a grandes artistas conocidos a lo largo de la historia que hayan destacado en los distintos géneros musicales. En cuanto a la técnica, hay parámetros necesarios a dominar a la hora de realizar una improvisación con tu propio instrumento. Confiesa que hacen falta “muchas escalas , arpegios y haber tocado muchas melodías. Es a partir de aquí cuando todo el trabajo vale la pena porque te salen las melodías solas realizando improvisaciones.” También destaca la importancia del uso de patrones y cadencias perfectas ya que la cadencia perfecta por excelencia del jazz son los acordes “do mayor-re menor-sol mayor y do mayor. “Cuando los tienes controlados tienes el 90% de la improvisación. Es la base para improvisar”.
Todo buen músico debe tener oído musical, al menos esta particularidad le ha funcionado a Oriol Barberà. Un buen músico, pues, debe tener un oído bien adiestrado no sólo para reconocer y distinguir las notas sino para saber interpretarlas en una melodía concreta. Además, recomienda dedicar un determinado tiempo al día a escuchar mucha música. Para tocar, pues, primero hay que detenerse a escuchar, de la misma forma que para saber escribir, primero uno se tiene que haber nutrido de muchas lecturas.
A modo anecdótico sorprende su afirmación cuando dice que piensa en grados y que no tiene oído absoluto al igual que otros músicos del sector. Resalta como cualidades necesarias el esfuerzo y la perseverancia para llegar a ser un buen músico o intérprete de jazz. “Hay que practicar mucho, tocar mucho y sobre todo tocar en grupo con otra gente”.
Según Oriol Barberà, el momento histórico de máximo esplendor del jazz, originado en New Orleans, fue en el período de entreguerras en Europa, básicamente en París, donde se recibieron a muchos músicos de jazz norteamericanos en los años 30, 40 y 50, en una época de prolífica creación musical, durante la cual el músico catalán pone en un pedestal al músico Django Reinhardt. No obstante, pese a los distintos momentos álgidos del jazz como género a lo largo de la historia, Oriol Barberà matiza que, en su opinión, la gente joven todavía sigue interesándose por el jazz, de la misma forma que todavía siguen interesándose por la música clásica, haciendo un paralelismo entre los dos géneros musicales. Prueba de ello son los Festivales de jazz que se siguen celebrando en Barcelona o en Terrassa (Vallés Occidental) y recomienda el Festival de Samois sur Seine o Festival Django Reinhardt en París como uno de los mejores festivales de jazz por excelencia no sólo en Francia sino en todo el continente europeo.
A Oriol Barberà se le iluminan los ojos al hablar de sus grupos de jazz preferidos, como el Rosenberg Trio o el Robin Nolan Trio y en cuanto a música jazz recomienda sobre todo “West Coast Jazz” de Stan Getz o bien “Kind of blue” de Miles Davis, o cualquier disco o cd de Django Reinhardt y también “Montgomery Incredible Guitar” de Wes Montgomery así como cualquier pieza de Rosenberg Trio o de Tete Montoliu. Respecto a locales de música jazz en Barcelona sugiere que cualguier aficionado a la música jazz debería dejarse caer por el “ Café Schilling” o “La Sonora “ en el barrio de Gracia o “El Sota” o escoger alguno de los clásicos y emblemáticos locales de jazz de Barcelona como por ejemplo “Jamboree Jazz Club” o el “Harlem Jazz Club”.
Esboza una plácida sonrisa al expresar su opinión sobre el futuro del jazz y se muestra optimista al respecto. Puntualiza: “El jazz no morirá. La gente continuará escuchando y haciendo jazz porque es un género que gusta mucho a la gente, aunque no se incentive por parte de instituciones u otros organismos oficiales.”
Músico de gustos refinados, Oriol Barberà transmite pasión por la música con un hablar pausado y voz grave, midiendo cada una de sus palabras con rítmicas y melódicas frases seguidas de breves y reflexivos silencios y amenizando de forma espontánea el fondo de la entrevista- como si de un hilo musical se tratara, pero en vivo y en directo- con sus creativos acordes y cadencias perfectas al son de su guitarra para mostrar el “alma” más pura del jazz auténtico: “la improvisación tiene duende”. Un músico enamorado del jazz que ha conseguido con perseverancia, tesón, sencillez y mucho talento, hacer de la música su “modus vivendi”.
IMPROVISACIÓN DE ORIOL BARBERÀ
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